Dice el autor en las primeras páginas que "este es un libro escrito desde la urgencia. Los artículos y ensayos que lo componen constituyen un manifiesto por la alteridad, es decir, en defensa de la identidad del otro. La crisis socioeconómica acrecienta en Catalunya, en el conjunto de España y en toda Europa la cerrazón identitaria, los miedos y tics atávicos, los populismos de distinto signo, la tentación totalitaria y el auge de la demagogia y de la xenofobia. El papel del escritor -del periodista, en mi caso- enlaza con aquel deber difícil al que apelara Albert Camus, el 10 de diciembre de 1957, tras recibir el Nobel de Literatura: no debe poner su pluma al servicio de los que hacen la historia, sino de los que la sufren".