Un árbol majestuoso y milenario explica su propia vida. Es la reina del bosque, un ejemplar femenino de tejo, testigo y protagonista de dos mil años de historia. Desde su isla verde es espectadora de los ritos animistas de los celtas, y asiste impotente a la invasión de una nueva religión, el cristianismo, que abandona el culto a las plantas y los animales. Con el paso de los siglos, la historia de la humanidad y de todos los seres vivos se refleja en la de ese pequeño bosque. Finalmente, hoy, ese árbol, protegido y venerado como símbolo de resurrección e inmortalidad, puede lanzar su mensaje de paz y armonía a todas las criaturas.