Destacado pintor de la tradición barroca española, junto a El Greco,Velázquez y Zurbarán, José Ribera fue el más tenebrista de todos ellos y el primero en ser llamado «artista y grabador». Su primer estilo, unas veces inspirado en Caravaggio y otras en el método empleado por Guido Reni, refleja indicios del estudio de los maestros españoles y venecianos. Junto a enormes y predominantes sombras, Ribera siempre confirió una gran fuerza al colorido local. A principios de la década de 1630, su estilo se alejó de los fuertes contrastes de luz y oscuridad para adoptar una iluminación más difusa y dorada.
En esta obra, Javier Portús, jefe de Conservación de Pintura Española (hasta 1700) del Museo del Prado, nos presenta la trayectoria de Ribera desde una nueva perspectiva, centrando su investigación en los primeros años del artista, que son los que los historiadores de arte menos han abordado hasta la fecha.