Louise Bourgeois, escultora que falleció en mayo de 2010, a los noventa y ocho años de edad, fue una de las figuras icónicas del arte del siglo XX y de principios del XXI. En el último año de su vida invitó al artista Alex van Gelder a retratarla en su casa de Nueva York. Más que un proyecto puramente fotográfico, Bourgeois deseaba que esta colaboración se convirtiera en una ampliación de su obra, de modo que su persona pasara a ser considerada como una parte de su arte.
De entre los cientos de imágenes tomadas por Van Gelder, las más sorprendentes son las que presentan sus manos recortadas contra su ropa negra: nudosas, fibrosas y arrugadas por el paso del tiempo, son las herramientas con las que creó su extraordinaria obra hasta pocos días antes de su muerte.
Este hermoso volumen encuadernado en tela reúne veinte de las fotografías que Van Gelder realizó de las manos de Bourgeois. Cada una de ellas, dispuesta en una doble página, va acompañada de comentarios del artista. Asiendo o acunando, y siempre en movimiento, sus manos nos recuerdan a muchas de las obras compuestas por formas que se entrelazan como dedos y que encontramos en sus Lairs de la década de 1960; la maraña de líneas de sus Insomnia Drawings; y las serenas arañas de su serie Maman. Pese a su tremenda simplicidad, las imágenes de Van Gelder están llenas de calidez, reflejando la cercanía del artista con Bourgeois y la confianza que ésta había depositado en él para trabajar juntos en este último proyecto, que aquí adopta la forma de un íntimo y precioso «libro-objeto».