En el s. II a. C., Micipsa, rey de Numidia (la actual Argelia) y aliado del todopoderoso Imperio Romano, designa en su lecho de muerte como herederos por igual a sus dos vástagos, Hiempsal y Aderbal, y a su sobrino Yugurta, que hubo demostrado su valor y su lealtad luchando junto a los romanos en la ciudad íbera de Numancia.
A partir de entonces se inicia una delirante lucha por el trono que conducirá al enfrentamiento de los dos hermanos contra su primo. Yugurta, el peculiar héroe de esta historia, trae a Numidia la paz y la prosperidad, mientras Aderbal confabula contra él ante Roma, que decide dividir el reinado del territorio entre los dos primos.
La Historia, con mayúsculas, no es más que, según el prisma desde el que se posicione el observador, una interpretación de los hechos pasados. Tal es el caso del orgulloso e irreductible Yugurta, monarca númida que vivió entre los años 160 y 104 a. C., a la vez que protagonista de esta saga escrita por Jean-Luc Vernal. Este abanderaba en su Bélgica natal, allá por las décadas de los 60 y 70, un periodismo que pretende sensibilizar a los lectores acerca de la falta de libertad del individuo y de los continuos atentados contra sus derechos.
Laymilie (pseudónimo bajo el cual Jean Luc Vernal escribe sus primeras historias) refleja estas inquietudes en sus historietas, mostrando una clara preferencia por aquellos personajes que destacaron en la lucha contra el servilismo de su pueblo y la pérdida irremediable de su cultura.
Los dos primeros álbumes de la extensa serie fueron ilustrados por un entonces novel dibujante Hermann y, a partir del tercero, por el ya consagrado Franz. El tándem formado por la particular ilustración del primero, por la incontestable pericia del segundo y por la interpretación que hace Vernal de este desconocido episodio de la Historia, nos ha legado una obra imprescindible, un clásico en su género.
Hablar de cómic histórico no sería pertinente, aunque las ambientaciones recreadas se sirvan de la poca documentación existente sobre esa época. Sin embargo, puede que sea más acertado atrevernos a hablar de ficción documental. Una epopeya que, sin duda, no nos dejará indiferentes.