«Durante mucho tiempo, me acosté temprano» es posiblemente el más célebre incipit de la literatura francesa, las primeras palabras de una obra magistral cuyo autor no dudaría en comparar con la construcción de una catedral: En busca del tiempo perdido, la obra de un hombre, Marcel Proust, el hombre de una obra. Jamás ningún escritor había llevado la introspección ni la elaboración de la memoria tan lejos, ni gozado de un aura casi mística para diversas generaciones de lectores de todo el mundo gracias a la prodigiosa búsqueda que inaugura el sabor de una pequeña magdalena.
Obra en clave, reputada de hermética 8213;la famosa frase proustiana8213; y sin embargo desbordante de imaginación, En busca del tiempo perdido nos invita a penetrar en los misterios del autor, a descubrir sus secretos. A menudo se ha descrito a Proust como un ser febril, extremadamente tímido, recluido en una habitación forrada de corcho... Pero, entre los fantasmas y las experiencias vividas, ¿quién era realmente Marcel Proust? ¿Acaso el célebre Cuestionario al que respondió el autor y que lleva su nombre puede responder a esta pregunta?
Este libro, que incluye numerosos documentos procedentes de la colección familiar, de archivos franceses, de los cajones de la célebre casa de la tía Léonie en Illiers-Combray, y también de la correspondencia, de manuscritos raros o inéditos, de recuerdos hallados en los lugares que Proust frecuentó y amó, reúne por primera vez estos tesoros con la voluntad de celebrar una vida y una época que son hoy eternas gracias a la magia de un estilo inimitable.