Todas las guerras generan sus trincheras. La elección de una de ellas depende de lo cerca que se quiera estar de la muerte, de la gloria o de la ignominia. En mayo de 1939, milicianos anarquistas del Servicio de Información Especial Periférico se escaparon del campo de Albatera. Recorrieron 600 kilómetros para matar al cacique de su pueblo antes de emprender el exilio francés. Todo salió mal. Uno de ellos, enfrentado a la Guardia Civil, murió matando. Ese mismo mes de mayo, con la Guerra Civil finalizada, seguían llegando toneladas de documentos a Salamanca. Allí, desde otra trinchera, hecha de legajos, sacos de papeles, máquinas de escribir y turnos de trabajo sin cesar, se completó la mayor gesta organizativa con fines represivos nunca vista en la España contemporánea: la elaboración de casi dos millones de fichas personales con las que llevar a cabo la depuración del Nuevo Estado nacido de la victoria. En una época preinformática esta increíble planificación, ejecutada por un reducido grupo de hombres y mujeres, alumbró el mayor archivo de la historia de España con una implacable finalidad de control social. Este libro se adentra en aquellos dos hechos, aparentemente inconexos. Transitar por el registro de la memoria familiar ofreció resultados inesperados. El control de la sociedad por medio de la información obligó a deslizarse por la sórdida burocracia represiva de los bandos enfrentados y mostró la cara más letal de la represión sistemática de unos y otros. La aplicación de criterios racionales en la organización de la información hizo posible separar, depurar, reprimir, limpiar, eliminar a cuantos quedaron excluidos de la ortodoxia, de los parámetros oficiales o de las nuevas hormas políticas, sociales y religiosas. El III Año Triunfal se coronó exitosamente al crear la Nación fichada, cuyo germen se localizó en la ciudad de Salamanca. En última instancia, la elección de una trinchera u otra se llevó a cabo por medios y recursos muy dispares para contribuir a la victoria final: a golpe de disparo o de ficha.
Diego Navarro Bonilla (Zaragoza, 1972) es doctor en Documentación, profesor titular de Archivística en el departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Carlos III de Madrid y ex director del Instituto de Investigación en Inteligencia para la Seguridad y la Defensa de la misma universidad. En 2003 fue galardonado con el Premio Nacional de Defensa, en la modalidad de investigación en ciencias históricas relacionadas con el ámbito militar, por el trabajo titulado Los archivos del espionaje: información, razón de Estado y servicios de inteligencia en la monarquía hispánica. Sus áreas de investigación son la archivística, la historia social de la cultura escrita, la gestión de documentos, la gestión de información para la seguridad y la defensa. Ha publicado las siguientes monografías: La imagen del archivo: representación y funciones en España (siglos XVI y XVII) (Trea, 2003); Del corazón a la pluma: archivos y papeles privados femeninos en la Edad Moderna (Universidad de Salamanca, 2004); Cartas entre espías e inteligencias secretas en el siglo de los validos: Juan de Torres-Gaspar Bonifaz (1632-1683) (Ministerio de Defensa, 2007); Derrotado, pero no sorprendido: Reflexiones sobre la información secreta en tiempo de guerra (Plaza y Valdés, 2007) y Espías: 3.000 años de información y secreto (Plaza y Valdés, 2009), al tiempo que ha sido coordinador con Miguel Ángel Esteban Navarro de los volúmenes Terrorismo global, gestión de información y servicios de inteligencia (Plaza y Valdés, 2006).