Este relato, en el que intervienen los recuerdos, la memoria personal, y en el que al autor se le impuso el «placer de narrar», es según sus palabras «como el mensaje en una botella arrojado al mar desde una balsa de náufragos». El autor se propone hacer memoria de la vida con verdad y se enfrenta a los problemas de la veracidad y el sentido, «pues nadie narra sólo para sí mismo». Ha buscado así, «sin grandes esperanzas, fortalecer una resistencia».
En el punto en que acaban estas Memorias, transcurrida ya media vida, el narrador, al mirar sin hacerse ilusiones al futuro incierto y al repasar lo que fue la dictadura franquista y su experiencia personal de ese tiempo, dice: «Era inevitable que recordara unos versos de A los por nacer, de Bertolt Brecht, que llevo conmigo en mi cartera o en mi agenda desde 1962: Vosotros, los que surgiréis del pantano / en que nosotros hemos sucumbido, / pensad, cuando habléis de nuestras debilidades, / también en el tiempo de miseria del que os habéis librado. En adelante también yo podría decir ?vosotros'. Habíamos vivido un tiempo de miseria, y ni sabíamos bien cuáles eran nuestras debilidades».