Jan Karski fue miembro del estado secreto polaco que operaba en la clandestinidad durante la Segunda Guerra Mundial. Enlace de la resistencia polaca con el gobierno en el exilio, un día Karski fue invitado por dos miembros de la comunidad judía a visitar el gueto de Varsovia. Testigo único del horror, Karski fue llamado a alertar a las potencias aliadas del genocidio judío.En esta magnífica recreación del personaje, Yannick Haenel narra, como si de una novela de espías se tratara, las vicisitudes de Jan Karski a lo largo de su huida a través de del continente hasta llegar a Estados Unidos, donde el presidente Roosevelt le recibió en audiencia sin dar demasiado crédito a su urgente mensaje.Personaje histórico de la resistencia contra la barbarie nazi, Karski ofreció un testimonio estremecedor en la película Shoah, de Claude Lanzmann. Pero Jan Karski es algo más que el relato de un testigo frustrado. Yannick Haenel reflexiona sobre la imposibilidad de atestiguar, de lograr que la clase política se percatara de la existencia de una atrocidad tan inconcebible como el Holocausto. Y, sobretodo, aborda una cuestión todavía incómoda hoy a la hora de revisar responsabilidades históricas: la inhibición de los países aliados ante un testimonio como el de Jan Karski, una pasividad que pone en evidencia una vez más que en una guerra no hay nadie libre de sospecha.