La implantación, en los años setenta del siglo XX, de una asignatura obligatoria para todos los estudiantes de filología en España denominada "Introducción a los Estudios Literarios" y, pocos años después, "Teoría de la Literatura", ha permitido el desarrollo de un discurso teórico que pretende legitimar un método distinto, original y heterogéneo en relación con los discursos empleados tradicionalmente en el estudio de la literatura, entre los que destacaban el discurso historicista y el estrictamente filológico. El punto de partida de este libro es que estos dos métodos resultan insuficientes para abordar la enorme complejidad del hecho literario: entre la fijación material de un texto y su ubicación en el seno de una cultura, existen múltiples aproximaciones a la literatura, ofrecidas por disciplinas tan varias como la estilística, la sociología, el psicoanálisis, la hermenéutica o la comparatística.