Parece imposible que en unas cuantas décadas haya cambiado tanto
la forma en que se vivía en Barcelona. Es muy curioso observar el
interior de una armario de ropa, que en un tiempo todos los hombres
llevaban sombrero, la venta en la Rambla de leche recién ordeñada, que
se premiaba a Miss Dependienta o que el mismísimo Richard Strauss
tocó en plena plaza de Sant Jaume.
El libro pretende alejarse de la habitual mirada hacia la arquitectura o
la política y se centra en la vida cotidiana y en los acontecimientos de
esta asombrosa ciudad. Sus páginas desvelan, a través de una cuidada
selección de fotografías, cómo vivían los barceloneses de principios del
siglo xx; sus costumbres nos parecen, a día de hoy, muy peculiares.