Mucho de lo que consumimos hoy en día no es comida, sino «sustancias comestibles parecidas a la comida», que no proceden de la naturaleza sino de la ciencia. En la dieta occidental, la comida ha sido reemplazada por nutrientes, y el sentido común por la confusión. El resultado es lo que Michael Pollan llama la paradoja americana: cuanto más nos preocupamos por la nutrición, menos saludables estamos.