El cerebro toma la mayor parte de las decisiones sin que seamos conscientes de ello, y todos nuestros pensamientos están condicionados por una subjetividad tan fuerte que puede que ni tan siquiera nos percatemos de ella. Así, la memoria nos
engaña: evoca el pasado, pero reconstruye e inventa detalles, aunque siempre consigue que nos creamos la información que nos proporciona. Y cuando nos cruzamos con alguien por la calle, nuestro cerebro ya ha decidido, sin que lo advirtamos, si supone una amenaza o no.
También estamos preparados para la empatía, para entender a los demás y compartir sus emociones. Por eso somos capaces de interpretar los rostros de las otras personas. Y es que los seres humanos nos entendemos con solo siete tipos de sonrisa; la falsa es la más fácil de detectar. ¿Y qué hay de la felicidad? ¿Existe un gen que la condicione? Aunque los seres humanos anhelamos ser felices y queridos, en general sabemos muy poco de las bases científicas y neurológicas en que se sustenta nuestra capacidad para el goce de la vida junto a los demás.
Estas y otras cuestiones son abordadas con gran amenidad en El mono feliz. Carlos Chaguaceda ha construido un relato entretenido con los experimentos más curiosos, que el lector podrá repetir en muchos casos, para explicar que los seres
humanos nos parecemos mucho en nuestra manera de afrontar y sentir las peripecias que nos va deparando la vida.
«Un libro magnífico que analiza y explica de forma amena y rigurosa aspectos esenciales de la felicidad.»
Dr. Mario Alonso Puig, autor de Reinventarse