«Tardé años en reconciliarme con el invierno: las nevadas me incomodaban. Pensaba en mamá... Pensaba en que tendría mucho frío en su vestido de verano... Luego se me pasó, pero la inquietud perdura, como si en la infancia borrada de la memoria hubiera ocurrido algo terrible, nunca sabré el qué...»..En el San Petersburgo de principios de los sesenta, una niña que prefiere la pintura a la palabra se convierte en el centro de la vida de los que conviven con ella: su madre, una humilde obrera venida de provincias, y tres ancianas supervivientes de otros tiempos, quién sabe si mejores. Entre remiendos, platos pobres y tristes coladas, lecciones de francés y supersticiones campesinas, las cuatro mujeres formarán alrededor de la niña un muro, levantado con devoción, que intentará protegerla de la crueldad del mundo. Ganadora del prestigioso Booker Prize ruso, El tiempo sin ventanas es un canto a la supervivencia, a la libertad, y a la ternura, que todo lo puede...«Una novela conmovedora.».The New York Times