Con clara inspiración de autores como Hergé y William Borroughs, Charles Burns nos ofrece un sueño inquietante.
Doug está pasando una extraña noche. Un ruido le ha despertado. Un ruido que parece proceder del otro lado de la pared. Poco a poco ese ruido se convierte en un enorme agujero que la rompe. En ese espacio se encuentra su querido gato Inky, que falleció hace unos años. Inky le pide que le siga a través de ese agujero. En este libro, Burns maneja sus obsesiones particulares en un mapa tan amplio como el del Sueño Americano, jugando con alguno de sus tótems e iconos -los años cincuenta, las clases medias, la religión, la eterna juventud, la cultura popular- y pervirtiéndolos hasta límites insospechados. Traslada a la piel de sus personajes las transformaciones y lacras sociales de su país, que perfectamente podrían ser las del nuestro.