arcela es una conejita distinta a los demás habitantes de su comunidad. No solo por su ojo torcido, que le tapan con unas lentes ahumadas, sino porque no se adapta a las normas establecidas y por eso un día se escapa. Su siguiente destino es un poblado de conejos negros y blancos que funciona al revés de su lugar de procedencia.
Esta fábula, escrita en 1979, aborda cuestiones como la educación en igualdad, el respeto por las diferencias, la tolerancia y la convivencia entre culturas, razas y creencias. Su protagonista es rebelde, osada y nada convencional; rechaza las injusticias y procura la felicidad, fiel a sus ideales.