Todo son problemas: en el campamento nadie se libra de los rumores y, en casa, a mi padre le va fatal con el restaurante. Por si fuera poco, Emy, nuestra nueva amiga, sufre el acoso de los matones de su instituto. No sé cómo voy a hacerlo, pero estoy decidida a solucionarlo todo. Pero a ver si me centro, porque, últimamente, no tengo nada claro ni lo que Adolfo siente por mí, ni lo que yo siento por él. ¿Me estaré enamorando?
BEA