Una apasionante historia de crímenes y enigmas y, a la vez, una farsa burlesca y una sátira moral y social
La acción nos es relatada desde la perspectiva de un único narrador —el personaje principal, detective improvisado cuya creación es uno de los más felices hallazgos de la obra— y se halla comprimida en un marco temporal muy reducido en cuyo interior se encadenan los más inesperados e intrigantes acontecimientos.