Tras la excepcional novela Expediente Barcelona, en la que aparecía a manera de secundario el inspector Méndez, llegaría en 1989 Las calles de nuestros padres, la primera novela íntegramente protagonizada por este insólito sabueso. Con un humor nostálgico y una poética propia de Henry Miller, el lector asistirá a este acercamiento a la Ciudad Condal, entre la idealización y el retrato sórdido.