A Felipe Bonasera, diplomático y ventrículo "amateur", le diagnostican una preocupante enfermedad, por lo que decide ir a descansar unos días junto al mar. Deja en Madrid las muñecas parlantes de Mae West, Marilyn Monroe y Marlene Dietrich, pero la voz de Mae West no le abandona y le acompaña; y para vencer el desánimo mantendrá con la deslenguada actriz hilarantes diálogos.