Esta novela es un prólogo imprescindible para los lectores del ya clásico Trilogía sucia de La Habana, del mismo autor, que recibió tan merecidos elogios: «A golpe de ron, música y sexo, no deja títere con cabeza: literatura de la buena, uno de los mejores libros de la temporada» (Tiempo) o «Una especie de caribeño Bukowski o de habanero Henry Miller» (Felipe Benítez Reyes, Tribuna), entre otros.
Pedro Juan aquí tiene entre quince y veintiún años y vive en Matanzas, una ciudad portuaria cerca de La Habana, en los años sesenta. Es un joven impetuoso, insolente y quizás un poco alocado, que atraviesa esta novela a la velocidad de un torpedo. Decenas de personajes aparecen y rebotan contra Pedro Juan, para conformar así una visión vertiginosa de una época especialmente caótica y efervescente.
Muchos mitos actuales nacieron en la década de los sesenta. Uno de los supervivientes narra aquí su vida desesperada y reflexiona con una visión abismal sobre los restos del naufragio.