Amigas, enemigas, compañeras, maestras y discípulas, amantes, rivales, confidentes, colegas... Desde siempre, las mujeres se relacionan entre sí; pero de esos vínculos múltiples, intensos y complejos, la literatura ha dicho muy poco. Por lo menos, hasta la aparición de un buen número de autoras. La literatura escrita por mujeres ha desplazado el centro de gravedad de los personajes femeninos, definiéndolos no ya sólo por sus relaciones con los hombres -como sucedía en la literatura escrita por varones- sino más bien por sus propios deseos, proyectos, preocupaciones... y sus relaciones con otras mujeres.
Después de Madres e hijas, que apareció en 1996 con una notable acogida -nueve ediciones en un año-, esta nueva antología de Laura Freixas versa sobre otra vivencia crucial para las mujeres, la amistad femenina. Cuentos de amigas incluye relatos ya publicados por algunas de las principales escritoras españolas del siglo XX en lengua castellana: Rosa Chacel, Carmen Martín Gaite, Josefina Aldecoa, Cristina Peri Rossi, Cristina Fernández Cubas, Soledad Puértolas, Nuria Amat, Lucía Etxebarria y Espido Freire. Otras los han escrito expresamente para este libro: Esther Tusquets, Paloma Díaz-Mas, Clara Sánchez, Juana Salabert, Flavia Company y Luisa Castro. Por las páginas de Cuentos de amigas desfilan confidentes, amantes, desconocidas que simpatizan, vecinas cuya amistad no resiste la diferencia de clases, niñas que de mayores recuerdan con gratitud a una maestra..., o simplemente amigas, con todo lo que ello implica de cariño, ayuda, admiración..., pero también de rivalidades, simbiosis enfermizas y traiciones.
¿Literatura de mujeres? Sí: por más distintas que sean sus obras, las escritoras tienen en común el haber renovado la literatura tradicional, en la que los personajes femeninos desempeñaban una gama muy reducida de papeles. Literatura de mujeres, pues, pero no «sobre mujeres» (sean femeninos o masculinos, los personajes son, ante todo, seres humanos) ni «para mujeres», ya que si las obras escritas y protagonizadas por varones apelan potencialmente a todas y todos, ¿por qué las escritas por autoras o protagonizadas por personajes femeninos deberían interesar tan sólo a las lectoras?