Sergi Pàmies dedica parte de los diecinueve relatos de La bicicleta estática a diseccionar los naufragios y desconciertos de la madurez. Si con su libro anterior Si te comes un limón sin hacer muecas concitó elogios y reconocimientos, en éste Pàmies vuelve a desplegar su afilado sentido de la observación. Con un estilo preciso, intenso, irónico o demoledor, el autor sumerge al lector en emociones como el duelo, el desamor, la introspección enfermiza, los pánicos y servidumbres de la responsabilidad, las liturgias sentimentales y los peligros de la esperanza y la nostalgia. Recurriendo a material explícitamente autobiográfico, y jugando con los límites más promiscuos entre realidad y ficción, Pàmies retrata las tragicómicas dificultades existenciales de unos personajes que, con una determinación tan absurda como heroica, insisten, pese a no moverse, en pedalear.
«El resultado es un libro único, devastador, congelado en un orden mental, con contrapuntos irónicos dentro de un tono general de tristeza, de poca extensión física pero intensísimo, exponencial en sus posibilidades de imprescindible relectura» (Lluís Muntada, El País).
«Pàmies se va configurando como un tolstoiano de la narración corta, que parte de las ilusiones perdidas para construir delicados monumentos» (Vicenç Pagès, El Periódico de Catalunya).
«El oxímoron de La bicicleta estática nos mantiene en todo momento atrapados, pedaleando línea tras línea, por unos cuentos que se ganan y resuelven por puntos y por KO» (Manel Ollé, L' Avenç).
«Un sopapo a la lágrima evocadora y a la voluntad de futuro, una crítica severa al conformismo y un catálogo de frustraciones y desengaños imposibles de esquivar» (Jordi Nopca, Time Out).
Ver vídeo del autor hablando del libro con Andreu Buenafuente.