Un escritor decidido a renovar y revolucionar la literatura escrita
en español no puede quedar al margen de sus propias propuestas.
Para cumplir con su proyecto, Julio Cortázar tuvo que abandonar su
país, sumergirse en Europa y regresar a Latinoamérica a través de
sus obras y de su compromiso con aquel mundo nuevo. La búsqueda
de la libertad, la necesidad de indagar en los resquicios de la
realidad para dar con la verdad que se esconde en cada uno de
nosotros marca, sin duda, su postura ante la vida, ante su propia
vida, dirigida siempre hacia la necesidad de no traicionarse.