Amartya Sen afirma en las primeras líneas del prefacio de este libro que, aunque «la India es un país de enorme diversidad con propósitos heterogéneos, una inmensa variedad de creencias, costumbres ampliamente divergentes en infinidad de puntos de vista», él es plenamente consciente de que éste no es el único modo razonable de reflexionar sobre la historia, cultura o política de la India. Si ha optado por el enfoque de la tradición argumentativa ha sido por tres razones principales: la larga historia de esta tradición en la India, su relevancia contemporánea y su abandono relativo en las discusiones culturales actuales.
Sen, en esta serie de ensayos fundamentales, reflexiona sobre los mitos imaginarios que aún tergiversan la aproximación occidental a la realidad de este país, que obvian la importancia de su tradición dialógica, de sus usos heterodoxos, seculares y democráticos, de sus prácticas intelectuales y científicas y de la exigencia del juicio razonado como integrantes de la identidad india. En definitiva, este libro de Amartya Sen nos aproxima a una India contemporánea que, en su riquísima complejidad, aún reutiliza y reasume los logros culturales del pasado.