Paco Roca aborda la vida cotidiana de un cuarentón que por fin ha conseguido su sueño infantil:
quedarse en casa todo el día con el pijama puesto. Con una considerable carga autobiográfica y un
referente en la serie televisiva Seinfeld, el autor valenciano apela más a la sonrisa que a la carcajada.
Estas Memorias de un hombre en pijama, donde en ocasiones también tienen cabida reflexiones
de corte más serio y que han sido prepublicadas semanalmente durante año y medio -de marzo de
2010 a julio de 2011- en el periódico valenciano Las Provincias, describen en todo caso a Paco Roca
como un atento observador de comportamientos propios y ajenos.
"En esta obra -apunta en el prólogo Julián Quirós, director de Las Provincias- encontrará a un
autor que se ríe sobre todo y por encima de todo de sí mismo (...), de las aventuras amorosas de
sus amigos (a mitad de camino entre el triunfo y lo ridículo), las comeduras de cabeza que provoca
el trabajo solitario y casero, y hallará una mirada festiva sobre todo esto, tierna, primeriza, como
intentando ver las cosas por primera vez, como lo haría un niño".
Y es que el humor ha estado siempre de manera más o menos evidente en la obra de Paco Roca,
incluso en las obras más graves. Pero es en Memorias de un hombre en pijama donde el gag, el
apunte jocoso, está más presente: "siempre he tenido que "morderme los chistes" para no meter
más humor en las historias. Así que hacer algo puramente de humor siempre me ha apetecido.
Llevo muchos años haciendo una tertulia radiofónica de humor, he hecho sketches para televisión y
siempre -concluye- he querido hacer una comedia en cómic". Y lo ha conseguido.