Si el Tour fuera una epopeya, las montañas serían el único lugar posible para las gestas, Si fuera una guerra, no habría otro campo de batalla mejor. Si el Tour fuera una leyenda, los héroes, dioses y semidioses sólo podrían habitar en las cimas de las montañas. Si fuera un vía crucis, las 14 estaciones serían 14 cols. El Tour es la montaña.
Los Pirineos, los Alpes, alguna otra montaña aislada, algún volcán apagado no están en Francia para conformar una variada geografía física dentro de un hexágono sino, Tour mediante, leyenda, guerra, mito, epopeya, vía crucis, todo a la vez, y más, para transformarse en el escenario ideal de la memoria. De ello trata este libro, que podría ser una topografía de la leyenda, una carta militar, de los lugares llamados Tourmalet, Aubisque, Alpe d¿Huez, Ventoux, Sestriere, Puy de Dôme, Galibier, Izoard, Pra Loup, de tantos lugares únicos que permitieron a unos pequeños seres humanos encontrar la soledad del héroe y trascender de sí mismos, de nuestra raza, de nuestras miserias. De ellos también habla Cumbres de leyenda, de sus resonantes victorias, de sus sombrías derrotas, de sus luchas contra el destino, de todo lo que les permitió hacerse un hueco en nuestro corazón.