Cuarenta años después, mayo del 68 sigue siendo un referente histórico e imaginario y, en todo caso, clave para una generación que luego detentaría el poder político y cultural en toda Europa. Mavis Gallant llevó un diario de los acontecimientos de ese tumultuoso mes en París que sería publicado en The New Yorker. Asistiendo a manifestaciones y asambleas y observando la vida cotidiana de la gente, pudo comprobar o desmentir lo que decían los rumores, las consignas y los periódicos. Entre gases lacrimógenos y calles levantadas, en un París sin transportes ni recogida de basuras, con cortes de electricidad, narra la «psicosis de asedio» que vivió la ciudad y las manipulaciones a que hechos e ideales se vieron sometidos.