El estudio de la expulsión de la Compañía de Jesús de México en 1767 es indispensable para penetrar en las complejas relaciones entre la Corona española, los jesuitas, y el Papado en el siglo XVIII. Así mismo refleja las tensiones entre los jesuitas y la sociedad mexicana, dividida esta última entre los que aplaudieron el exilio y los que se mostraron disconformes.
En este libro se analiza la que fue una operación de dimensiones enormes y gran complejidad por desarrollarse en múltiples escenarios (Nueva España, Cuba, España, Córcega e Italia), afectar a casi 700 jesuitas, y prolongarse durante dos años, requiriendo la colaboración de autoridades coloniales y metropolitanas. La experiencia transformó profundamente la vida de estos religiosos, en su mayoría criollos, forzados a emprender un largo y penoso viaje de destierro, aclimatarse a una nueva existencia en Italia, y quedar condenados a un exilio sin retorno.