La expulsión de los jesuitas por Carlos III en 1767 supuso el exilio de un buen número de literatos, americanistas, eruditos, estetas, historiadores y humanistas que irrumpieron con gran fuerza creativa en la Italia del siglo XVIII. Según el P. Miquel Batllori, uno de los grandes nombres “definitivamente engarzados en la historia de la cultura española”, dedicado a “serios estudios de investigación hispánica”, es el jesuita extremeño Faustino Arévalo (1747-1824). Además de publicar en Roma ediciones comentadas de grandes poetas latinos como Prudencio o preparar la edición de las obras completas de San Isidoro de Sevilla, su gran aportación al humanismo erudito fue la publicación en 1786 de la Hymnodia hispanica donde recopiló himnos del Oficio divino hispano ajustando su métrica a criterios rigurosos y componiendo él mismo himnos que completaran los adecuados a cada festividad religiosa. Por vez primera se editan, traducen y comentan todos los himnos arevalianos y se traza el perfil humano e intelectual de una de las figuras más representativas del exilio italiano de los jesuitas españoles.