¿Cómo consideraron nuestras antecesoras las guerras y la violencia que les tocó vivir, ya fuera en primera línea, ya como espectadoras? ¿Cómo lo contaron? Estas dos preguntas están en el origen de las páginas que componen este libro, y, junto a ellas, también se recoge el modo en que unos espíritus libres y apasionados, llevados por el deseo de comprender, formulan la conveniencia de volver a pensar las explicaciones tradicionales del despliegue de la violencia, de su origen, sus medios, su función, sus ámbitos y su significado. Los textos aquí agrupados permiten analizar, y cuestionar, las posiciones que conciben la violencia como dato natural imposible de rechazar o transformar, toda vez que muestran el esfuerzo por encontrar palabras para decir la brutalidad indiscriminada de la guerra y expresar el dolor que toda experiencia bélica comporta. .Con su gesto, pensadoras como María Zambrano, Hannah Arendt y Simone Weil, escritoras y poetas como Edith Wharton, Virginia Woolf, Marguerite Yourcenar, Helen Joy Davidman y Christa Wolf, entre otras, tomaron protagonismo, incluso desde la retaguardia, desde «el otro frente». Todas ellas atesoran un patrimonio indecible, una herencia de innegable valor que conviene recibir y celebrar.