Con diecisiete años y la etiqueta del “fracaso escolar” encima, Toni siente que su futuro está predeterminado. A pesar del apoyo de su novia de toda la vida, no ve más horizonte que trabajar sin ninguna ilusión en la vaquería de sus padres y envejecer en el pequeño pueblo que le vio nacer. Por eso, cuando la oportunidad de entrar en un equipo profesional de fútbol llama a su puerta, rompe con todo y abandona a los suyos. Sin embargo, el sueño de la fama y el éxito rápido pronto se manifiesta como otra trampa, y comienza a añorar y a valorar lo que ha perdido: sus raíces, su familia y el amor verdadero.