La obra de Manuel Rivas nos descubre a través de la peripecia cotidiana de sus protagonistas -emigrantes, marineros- el claroscuro de una parte importante pero silenciada de nuestra historia.
Éste es un libro distinto, arriesgado y tan inolvidable como lo puede ser el tatuaje de un camillero que nos conduce al lado oculto de su vida y a una parte olvidada dela reciente historia de España, un país que exportaba «mano de obra» y que ahora parece infectado por el virus de la desmemoria.
Su construcción supone una manera diferente de contar, buscando la lucha y el abrazo entre la imaginación y la realidad. Así, entrelaza un relato de ficción, La manodel emigrante, un relato compuesto por fotografías realizadas por el autor, El álbum furtivo, y un relato periodístico, Los náufragos.
En la narración que da título al libro, Castro y sus compañeros trabajan en un hospital de Londres y se reúnen en el Old Crow para jugar al billar y a los dardos, beber y compartir historias. Castro hipnotiza con la palabra, con sus recuerdos y con esa mano tatuada con tres pequeños pájaros marinos que esconde un dramático secreto de apego y pérdida.
A la hora de la verdad, la aventura humana transcurre entre esas dos naciones: el apego y la pérdida. Emigrantes y náufragos viven esaexperiencia al límite. Uno de los personajes de Los náufragos, en testimonio real, cuenta cómo en el límite de las fuerzas el tronco al que se aferra se reblandece como una almohada de plumas donde depositar los pensamientos de oro. Palabra de náufrago.