En 1954 Elias Canetti viajó a Marrakesh; de sus incursiones por los barrios árabe y judío de la ciudad recogió voces, olores, gestos e imágenes, que bosquejó justo tras su regreso a Londres. Todo esto se convirtió en algo más que en un mero libro de viaje. Canetti describe situaciones y personajes con gran precisión y los examina escrupulosamente. Trata de descubrir cuanto acontece a esta extraña gente, e indaga acerca de su postura sobre la muerte. Canetti nos brinda aquí sus notas de viaje, auténticas impresiones personales que exponen el proceso arduo de apropiación de un mundo diferente.