En este libro asistimos al noble espectáculo de ver cómo su autor se convierte en un ente de ficción, en un hombre dibujado por él mismo (que es su propio dibujante): ?Al fin y al cabo, no hay que olvidarse de que todo reside en salirse de uno mismo?. Para ser sincero, yo creo que ya sólo le falta citar a Cioran, decir lo contrario de lo que acaba de expresar y así completar su faena de encubrimiento de diarista ficcional y musical: ?El gran secreto de todo: sentirse el centro del mundo. Eso es exactamente lo que hacen todos los individuos?. Iñigo García Ureta ha encontrado en el diario ficticio la fórmula ideal para hablar de su mundo y de la música que escucha de noche y ser siempre otro. Afectado y con afecto, le felicito. Porque sólo el otro puede haber escrito: ?Hoy no deseo ser yo mismo, he decidido convertirme en otro?. Prólogo de Enrique Vila-Matas.