La locura del vampiro, escrita con la narratividad expresiva de las grandes novelas, nos introduce en un mundo metafórico en el que la acción principal, el regreso a los lugares de la infancia, no nos permite reiniciar nuestra vida desde esos postulados ingenuos, pilares sobre los que hemos construido el mundo adulto. El protagonista va en busca de una vida más dulce y plácida, intentando eludir las responsabilidades de un tiempo ya irreversible. El espacio que hasta ese regreso había supuesto la última posibilidad de libertad individual se ve transformado en una nueva locura. El orden de esa pequeña sociedad en la que intenta refugiarse el protagonista trata de mantener la hegemonía y el poder ante una intrusión que puede desequilibrar las fuerzas que la dominan.