Una improvisada excursión desde la ciudad de La Paz al Mururata, una de las cimas más imponentes de los Andes bolivianos; un asilado político que abusa con todo descaro de la hospitalidad del diplomático que lo acoge, y los secretos de un hotel a la orilla del lago Titicaca que prospera gracias a un comercio poco loable.
Tres hilos argumentales independientes avanzan en paralelo hacia el Domingo de Tentación —último día del carnaval andino—, capturan la desoladora belleza de un mundo ignoto y en ocasiones brutal, y componen un artefacto narrativo absorbente sobre la fragilidad de la vida civilizada.
Carles Casajuana consolida con esta novela una trayectoria narrativa tan personal como solvente. Como un malabarista, sostiene con aparente sencillez la tensión de tres historias sutilmente complementarias. Domingo de Tentación es una reflexión sobria e inteligente sobre la precariedad de la vida en un país latinoamericano sometido a una dictadura.