En la segunda mitad del siglo XV, dos linajes vascos, los Abendaño y los Mújica-Butrón, enfrentados a muerte durante generaciones, unieron sus fuerzas para desafiar la autoridad del rey de Castilla. La respuesta del monarca fue enviar un poderoso ejército al mando del conde de Haro, quien movido por rencores e intereses personales, se propuso castigar a los rebeldes y tomar el Señorío de Vizcaya y las tierras de Guipúzcoa al precio que fuera.