Floreana, una historiadora aún más joven y más atractiva de lo que ella misma quiere creer, llega a un albergue muy particular en la isla de Chiloé. Allí, en medio de los paisajes del sur profundo, acuden mujeres diversas para curar las heridas de un dolor común: el desamor de los hombres.
Ambivalentes, reprimidos en el sexo, vacilantes en el compromiso amoroso, los hombres sienten miedo frente a la autonomía que las mujeres han ganado. Mientras tanto, en ellas crece la insatisfacción, el «mal femenino» de nuestro tiempo.