Block, un joven misterioso dotado de casi ilimitadas capacidades artísticas e intelectuales, llega a la ciudad de Países, donde conocerá a Agustín Montoliu, autor tardíamente visitado por la fama, a Jaime y a Estrella. En sus investigaciones en la Biblioteca Nacional, Jaime ha descubierto huellas de seres procedentes de una imaginaria Región Confabulada, y Jaime y Block se ponen en seguida a buscar la forma de entrar en esa Región.
La música del mundo, subtitulada El efecto Montoliu, es una de las novelas más ambiciosas y sorprendentes de las últimas décadas. Podría ser considerada una novela sobre la juventud, o sobre el arte y su aprendizaje, o una novela filosófica, o de amor, o fantástica e incluso detectivesca, o una novela basada en estructuras afines a las de la música, pero, siendo en alguna medida todas esas cosas, es algo distinto de la mera yuxtaposición de ellas: la creación de la cartografía entera de un país imaginario, la inesperada confluencia de legados tan diversos como los de Musil, Nabokov, Lezama Lima y Castaneda, en una creación original y potente.
Muy pocas veces una primera novela descubre y consagra a un autor. La música del mundo situó a Andrés Ibáñez entre las voces más importantes de la narrativa hispánica actual. La crítica reconoció en su debut literario su asombrosa capacidad para crear un universo insólito, su erudición y eficaz sentido del humor, su imaginación desbordante y el riquísimo entramado de una prosa de cualidades tan pictóricas como musicales; características, todas ellas, que hoy le definen como escritor.