Tras el éxito de El hombre de los dados, Rhinehart vuelve con una novela llena de humor, de sexo y de incorrección política que desmitifica los años setenta.
1969. Cuando la bellísima Katya aterriza en Maya, Mallorca, para estudiar en el nuevo Instituto de las Artes y Letras Creativas, ni se imagina las sorpresas que le esperan. Pero tampoco es de extrañar, teniendo en cuenta que Katya acaba de salir del Colegio de Santa Rosa en Albany, es una católica ferviente, virgen, y hasta el momento, los años sesenta parecen haberle dejado de lado. Para colmo, la primera persona con quien se tropieza es Franz, un joven de pelo largo, bisexual y con cierta debilidad por las drogas, es decir, la definición misma de la clase de hombre que siempre le han advertido que debe evitar. Súbitamente, saltan las primeras chispas de amor, con las que Katya consigue enardecer a todos los hombres de la isla. ¿Se debe a su inocencia, a su cuerpecito de muñeca o a su extraordinario don artístico? No tardará demasiado en descubrirlo.