Mediante pacto con el diablo, a un escritor disconforme con su suerte le es dado trasladarse cien años en el futuro para comprobar lo que la posteridad ha escrito sobre él. En la propia naturaleza del maligno reside su poder sobre el tiempo. De Bestia a bestia, el diablo resulta superior. Y así, Soames salió del restaurante Vingtième, en el Soho londinense, una tarde del 3 de junio de 1897 y entró cien años después en la redonda sala de lecturas del Museo Británico. No conviene aquí contar lo que vio. Basta con saber que, publicado el relato en 1912, casi cien años más tarde todos los lectores de hoy querrán ser los que esperaban ansiosos la llegada de Soames. Max Beerbohm da una vuelta al mito de Fausto para hurgar con un humor tan inquietante como moderno en la vanidad humana, clave en los ambientes literarios que él conoció estrechamente en su doble faceta de creador y crítico.
La traducción del novelista Juan Pedro Aparicio, premio Nadal, recupera por primera vez íntegramente en español un texto que hasta ahora había sido mutilado en las escasas versiones anteriores.