Tan tensa y excitante como un thriller, esta novela es también una conmovedora reflexión sobre la libertad.
PREMIO LIBER 2021
PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS 2019
Tras cuatro años de cárcel, Irene decide separarse de la organización armada a la que pertenece. Ahora es una mujer de treinta y siete años que, a pesar del miedo y los recuerdos, necesita ampliar los pasos de su antigua celda en el suelo de su ciudad, y no sabe cómo empezar a hacerlo.
En el trayecto de un viaje en autobús lleno de incidentes y pensamientos, Bernardo Atxaga simplifica la belleza de las palabras para presentarnos el rostro de alguien que ha estado en la cárcel, ha sufrido por amor, y que necesita enfrentarse a su soledad y a su desconfianza para construirse de nuevo a sí mismo.
La crítica ha dicho...
«El relato se desliza hacia una vigorosa denuncia de la opresión sobre el ser humano, se ejerza como se ejerza, y a una vindicación del derecho a la libertad de pensar y hacer. Un canto a la libertad individual en medio de un mundo implacablemente hostil.»
Santos Sanz Villanueva, El Mundo
«Ésta es la tentadora naturaleza de la excelente novela de Atxaga: su precisión y su sabiduría nos hacen desear saber más de esta excepcional heroína. Pero siempre se puede volver a leer otra vez...»
New Statesman
«Atxaga continúa su genial El hombre solo con la historia de Irene, y esta es incluso mejor. Lean este libro.»
Time Out
«Esta novela es parte thriller, parte meditación. Atxaga transmite todo esto con economía y con una gran originalidad.»
Daily Telegraph
«Nos enamoramos del lenguaje del autor vasco, que huele a pan recién hecho, y en el que se escucha silbar el viento que siempre se adelanta a la lluvia, y crepitar el fuego manso alrededor del que se escuchan las palabras que fluyen como recuerdos que van desvelando una historia, o creando la urdimbre en la que van sucediendo la trama y la melancolía. Así suena Atxaga, Bernardo, escritor de aguas fuertes vascos sobre los desgarros de la violencia, la humanidad de los rebeldes, las realidades invisibles que convergen en la complicidad de lo real. [...] Ha sido mi placer leerlo. [...] Bernardo Atxaga ha confeccionado sus mundos literarios a dos voces, con dos lenguas equidistantes, diferentes en sus raíces como espíritu de identidades, entre las que su escritura es el puente de conversación entre ellas con el propósito de que la literatura sea un espacio mental, un árbol, una casa, un hogar donde todos y cualquiera pueda cobijarse, y al que se vuelve para contar el viaje.»
Guillermo Busutil, La Opinión (Málaga)