Objeto de un culto más que justificado, Artemisia es, sin duda, la obra maestra de Anna Banti y una de las más grandes novelas de la literatura italiana del siglo XX.
La obra narra la vida de Artemisia Gentileschi, gran pintora del Barroco italiano marcada por la violación que sufrió de joven y que, aun a costa de pagar un alto precio por ello, consiguió el reconocimiento profesional en una época en la que ser mujer y artista no era tarea sencilla. En realidad, Banti nos propone un peculiar relato a dos voces, con elementos de novela histórica y de autobiografía, una obra simultáneamente gélida y emotiva que, en última instancia, se resiste a todo intento de clasificación.
Artemisia es también una historia de redención y renacimiento, una historia sobre cómo de las cenizas de un texto destruido (la primera versión de Artemisia
se perdió irremisiblemente en la Italia ocupada por los nazis) surge una nueva obra que superpone dos tragedias separadas en el tiempo pero que intiman en el papel: la remota pintora italiana del siglo XVII condenada a una vida de amargura y soledad y la escritora que en 1944 contempla su Florencia natal asolada por las llamas de los bombardeos alemanes. Diálogo entre dos mujeres, entre dos creadoras que intentan sobreponerse al dolor del recuerdo.
Una novela evocadora, una lectura inolvidable que Alfabia publica junto al esclarecedor y no menos memorable ensayo de Susan Sontag.