Un delincuente con mala suerte, un sereno que escribe sus memorias en una panadería, un campo de fútbol insólito donde se disputan partidos desaforados, la esposa sonámbula del veterinario que canta ópera desde el balcón, un Sísifo moderno, unas fuerzas del orden de lo más bestia… Y un viejo café -el Café de la Rana, con una parroquia irónica, un ron infame y una cotorra procaz- que recoge el latir cotidiano de un pueblo inefable.