"La gran alma de Rusia, cuya llama se encendió sobre la tierra hace cien años, fue, para mi generación, la luz más pura que alumbró su juventud". Así comienza Romain Rolland, maestro de biógrafos y en especial de Stefan Zweig, su iluminadora biografía de Lev Tolstói, escrita en 1911 tras la muerte del escritor ruso.