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\viewkind4\uc1\pard\lang3082\f0\fs16 Durante esos cuatro a\'f1os el trabajo fue fren\'e9tico. Al principio, en un mercado que funcionaba bajo la m\'e1xima de que \ldblquote lo \'fanico que no da beneficios es lo que no se construye\rdblquote , hab\'eda que edificar lo que fuera, donde fuera. Luego, tras el desplome, hubo que intentar renegociar la ingente deuda con las entidades bancarias, ajustar plantillas, achicar ladrillos para mantener la nave a flote... un nuevo abanico de tareas para los abogados que aun resist\'edamos, cuando la mayor\'eda de arquitectos, ingenieros y comerciales hab\'edan sido acompa\'f1ados hasta la puerta. Hasta que ya no pude m\'e1s, rescat\'e9 mi vieja caja de cart\'f3n y me march\'e9.
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\par Tard\'e9 nueve meses en escribirla, el mismo tiempo que mis amigas dedican a otros menesteres. Fueron tardes felices, encerrada en casa con mi m\'fasica y mi ordenador. Pero ten\'eda que volver a trabajar, porque en este pa\'eds de la literatura no se vive. Y el azar, que nunca deja de sorprenderme, dej\'f3 mi curriculum donde menos lo esperaba: directora de servicios jur\'eddicos de un club de f\'fatbol, un puesto que ni pintado para alguien como yo, que nunca le he dado una patada a un bal\'f3n.... \'a1Ay, el f\'fatbol! otro mundo apasionante, otra brillante supernova a punto de estallar. Aunque esto, claro est\'e1, ser\'e1 otra historia.
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