La apertura del testamento de Louisa Bridgetower deja atónita a la ciudad de Salterton: su hijo Solly no heredará un centavo hasta que haya tenido un hijo y buena parte de su fortuna se deberá destinar a la educación de una joven artista. Los albaceas seleccionarán a Monica Gall, la solista de un peculiar conjunto de gospel local a la que enviarán a estudiar a Inglaterra.
El arte, el genio, la formación artística, la música, el amor, las relaciones paternofiliales, las peculiaridades canadienses... son temas recurrentes en la obra de Davies que aquí trata magistralmente a través de la figura de Monica Gall, la joven cantante de Salterton a la que la herencia de la señora Bridgetower cambiará hasta extremos que ella jamás hubiera imaginado.
Tercera entrega del ciclo de novelas independientes que se terminará conociendo como Trilogía de Salterton, la pluma de Davies logra en esta novela un vivo retrato del alma humana, que acaso no sea en verdad otra cosa que una mezcla de flaquezas.