Lorenzo es un joven profesional que se ha hecho a sí mismo. Alguien que, salido de un entorno humilde, ha conseguido formar parte de la élite de los creativos publicitarios: un mundo de enorme competitividad y campañas agotadoras, pero también de talones millonarios, viajes y lujo. Admirable.
Pero de repente, a sus treinta y siete años, se encuentra sentado en la sala de espera de un hospital junto a un hombre -su padre- que para él hace tiempo que solo es un extraño. Como también lo es la mujer con la que Lorenzo vivió y que un día se marchó para siempre diciéndole una frase terrible: «Tú no sabes amar». Dos noticias inesperadas -que su padre está gravemente enfermo, que «ella» se va a casar- hacen comprender a Lorenzo, que lo que más le importó, lo que daba sentido a su vida, se le ha escurrido como arena entre los dedos. Y ahora este hombre a las puertas de la madurez vuelve la vista atrás para recuperar ese pasado, esperando verlo con nuevos ojos, comprenderlo y aprender de esos pequeños instantes que definen nuestra vida y que no deberíamos dejar escapar.
Una novela que habla de un padre y un hijo, de una mujer que no se puede olvidar, de emociones y sentimientos que rara vez se expresan y que destila ternura, simpatía, autenticidad en cada página. Un protagonista al que todos podemos reconocer y con quien nos podemos identificar, que nos pide que le acompañemos en este viaje hacia lo que importa de verdad.