Tener sensibilidad artística sin duda proporciona intensos placeres y satisfacciones, pero inevitablemente el alma del artista también sufre, tanto si se vuelca en el duro y doloroso proceso de creación de su obra, como si pretende encontrar su lugar en una sociedad que no lo acaba de comprender, en un mundo aburguesado y conservador.
Las relaciones que se establecen entre el arte y la vida son el nexo de unión de las tres novelas de iniciación que se presentan en este volumen (Gertrudis, Rosshalde y Knulp), en las cuales ya empieza a germinar la voz literaria del gran Hesse que florece inmediatamente después. Aunque no demasiado conocidas, estas tres obras pertenecientes a una etapa de transición en la vida de Hesse (1910-1915) constituyen una ejemplar introducción a su filosofía, ya que en todas ellas se observan diversos los planteamientos fundamentales de su idiosincrasia en lo que se refiere a la espiritualidad del ser humano, el instinto y la importancia del arte y los valores culturales.
«No hay nada más alemán que este poeta y su obra vital; nada más alemán en el sentido antiguo, alegre, libre y espiritual al que el adjetivo alemán debe su mejor fama y la simpatía de la humanidad». THOMAS MANN